Font de La Petxina (Camps Elisis)
Fuente del Puente Levadizo de La Seu Vella.
Font dels Tritons (Entre Mercat del Plà y Seu Vella)
Fuente de Cascada de Els Camps Elisis.
Fuente del Depósito (justo encima de La Catedral del Agua o Plaza del Depósito)
En toda la extensión del monumento son numerosas las figuras de santos descabezadas a golpes de martillo, arrancadas de sus pedestales y enterradas, algunas por las tropas de Felipe V después la Guerra de Sucesión o tras ser ser ocupada la catedral acabada la guerra civil del 36.
Figura parecida a un león, rota a golpes.
Más figuras descabezadas (Puerta de los Apóstoles)
Graffittis e inscripción de Puerta de la Anunciata.
Figuras humanas y mitológicas sobre ls puerta de La Anunciata
Figuras sobre la Puerta dels Fillols.
Figuras sobre la Capilla de Jesús
Una gárgola traviesa nos saca la lengua (Capilla Santa María La Antigua)
Dos figuras más en mal estado nos miran desde arriba (Puerta dels Fillols)
El campanario del Castillo de la Seu Vella tiene dos grupos de campanas, las horarias en la sala del reloj y las litúrgicas en un piso inferior. En el primer grupo se encuentran la gran “Silvestra” (fundida en 1418 por Joan Adam) que da las horas y la “Mónica” (fundida en 1485 por el maestro Nicolau Barrot) que daba los cuartos. En el segundo se encuentran varias más pequeñas de fabricación más reciente, ya que las originales fueron destruidas en la Guerra Civil (1936-1939): “Menca” (1946), “Marieta” (1945), “Cristo” (1945), “Purisima” (1945) y “Barbara” (1945).
En 2004 se descubrió que la campana Mónica estaba agrietada y que era necesario el cese de su actividad y su reparación. No ha sido hasta pasada una década después que se ha procedido a su desmontaje y se le ha bajado del campanario, donde ha estado 546 años observando la ciudad desde las alturas…
El día 7 de mayo, en medio de gran expectación, una gran grúa la ha dejado sobre la explanada, en ese momento la campana de bronce de más de 400 kg ha tocado suelo por primera vez en 5 siglos. Ahora está expuesta en una de las pequeñas capillas del Claustro en espera de viajar a Alemania para ser reparada por expertos, para ello también se ha puesto en marcha una campaña de recogida de fondos entre los visitantes de los 60.000 euros necesarios.
Foto: diario El Segre.
La campana Mónica es de gran valor histórico. En su superficie se puede ver una epigrafía en minúscula gótica, en la que el nombre del maestro Nicolau Barrot, está en catalán y el resto del texto en latín. Aparte de los detalles religiosos tiene también una imagen de un sol y la de un conejo perseguido, al parecer, por un perro.
Pasado, presente y futuro juntos en el mismo instante.
La Seu Vella, medio en penumbra, desde el barrio de Cappont…
El día de ayer, que amaneció nublado, acabó en tormentoso…otro más de este septiembre revoltosillo.
La construcción se inició a finales del siglo XII. La nave central es de estilo románico y es la más antigua. Las capillas laterales y el campanario octogonal son de del siglo XV y de estilo gótico. Con el cierre de la Seu Vella, al ser tomada por las tropas de Felipe V y ser convertida en fortín militar, sirvió como catedral de la ciudad hasta la construcción de la Catedral Nueva.
Llamado también Castillo de la Zuda, era el as-sudda de la Lleida andalusí desde su construcción en el lejano 882, cuando la ciudad ocupada por las tropas sarracenas era conocida por Medina Larida. Sirvió de residencia para el último califa de Córdoba hasta su muerte en 1036 y en 1150 fue testigo de la boda de Ramón Berenguer IV y del nacimiento de la Corona de Aragón.
Dos explosiones, una durante la Guerra de Secesión y la otra en 1936 destruyeron el castillo hasta dejarlo en el ruinoso estado actual, una quinta parte del tamaño original…
A unos escasos 100 metros de la Plaça Paeria nos encontramos en la Plaça Sant Joan…estamos a un paso de la puerta de la antigua Muralla (custodiada por la estatua de Indibil y Mandoni), frente a la actual iglesia de Sant Joan, frente a nosotros está la Seu Vella y los juzgados del Canyeret, accesibles a través de dos accesos, uno por unas escaleras donde hay que dejarse los pulmones (la primera apodada «el flan») y un ascensor y el otro por una escalera mecánica que casi nunca funciona, varios comercios, (entre ellos una tienda de bastantes años de solera cuya puerta está vigilada por la figura de un simpático alfarero)…
El «flan» y las escaleras «rompe piernas» y el ascensor a su lado, al fondo la actual iglesia de Sant Joan y más abajo la Plaça de la Sal, y arriba la imponente Seu Vella sacando las orejas como siempre
Un tienda de telefonía. algunas tiendas de ropa, el Consell Comarcal del Segre…y mucho sol, ideal para coger una insolación en verano
Nuestro amigo el alfarero ¿mirando a las turistas o leyendo la prensa del quiosco de enfrente?. Quien sabe…
Y debajo de nosotros tenemos un gran parking, que al ser excavado permitió encontrar los cimientos que quedan de la antigua iglesia gótica de San Joan. Esta iglesia, que era de una sencilla belleza, fue derruida sobre finales del 1868, acabada la revolución llamada La Gloriosa…otra de los muchas tropelías y desmanes cometidos en la historia de la ciudad.
Estos restos ahora están protegidos por una especie de cúpula en forma de tribuna, en su día (la década de los ochenta) se construyó una pequeña sala para ser visitados, pero a día de hoy no hay fecha para ninguna visita cara al público
(Muy pronto, la actual iglesia de Sant Joan).
Hace unos días estuvimos en el claustro, ahora a través de esta puerta accedemos al interior de la nave principal…nótese en todas las fotografías la austera majestuosidad y las dimensiones grandiosas.
Aquí se puede apreciar la escala por la que nos estamos moviendo gracias a las figuras de unos niños jugueteando entre La Historia, ajenos a los más de 700 años que los rodean. A la izquierda, la salida al claustro…
Altar principal…uno desde aquí piensa: ¿cuántos se habrán arrodillado, sentado o pasado por aquí desde aquellos días del 1200?
¿Cuántos amaneces habrán entrado por ese ventanal?
La Porta del Bernats y a dos pasos escasos estamos en exterior, en la explanada donde tenemos la torre del campanario a nuestra espalda y la ciudad a nuestros pies.
Un cuarto oscuro en la mochila 